Un alto en el camino..

Es hora de reconocer que este año he abierto demasiados frentes, de echar el ancla y descansar un poco antes de acometer el proyecto más apasionante de mi vida, del que no tardaré mucho en hablaros.

Aprovecharé este descanso para darme algún paseo con la caña, que hoy por hoy es el hobby que más tranquilidad me aporta y que además si pescas, como dice el bueno de Fermín, es la hostia.

No sé si os ocurre lo mismo que a mí, que es hacer el primer lance y sumirme en otro mundo, dejar de darle vueltas al coco, disfrutar de la compañía del mar, concentrarme en el señuelo y despertar cuando la línea se tensa, ¡Qué simple y qué reconfortante¡

Y es por todo esto que no dudo en lanzarme al pedrero aunque esté agotado y sepa que el paseo restará tiempo al descanso de mis quehaceres diarios, el porqué es sencillo: vuelvo a casa nuevo.

En esos paseos me gusta coincidir con Rober un auténtico peixe que habita la riberas, su sangre es un amalgama de salitre y glóbulos rojos, le gusta hacerte partícipe de su experiencia marina, su mirada refleja respeto por el medio y sobre todo es un señor a la par de buen pescador.


Hasta la próxima paseantes.


Texto y fotos A.M.A.